( Dueto ) Liz Rodriguez y David Varela
Así, como la luna al sol,
son mis días y mis noches,
deseando tu amor...
...para fundirme en pasión.
En aquellas fronteras de tu sexo,
donde lo salvaje y exquisito no se resiste,
a que la recorra con mis labios y mi lengua,
mientras voy dulcificando mi boca,
con tu piel llena de sabores.
Porque, cuando de las cenizas renace el fuego,
aquel que ocultaste antes de que mi cuerpo surcara tu lecho,
no existe nada más que mis encantos, para detenerlo.
En mis noches oscuras sin tu luna
y en los días grises de mi otoño sin sol
es ahí donde necesito del calor de tu cuerpo
para fundirme en el fuego y en la llama de tu amor
En esa frontera distante de mi sexo
soy volcán en erupción sobre tu cuerpo
la salvación del sediento que agoniza
saciando su sed en el oasis de tu cuenco
cada beso que deposite en mi piel tu boca
y de tus labios broten sabores que a mi mente nuble
no existirá más que nuestro deseos candente
en alguna cama de sabanas blanca derrochando oleajes de caricias.
Porque tu afán es mi deseo, producto de tus movimientos...
esa danza que en el catre o en el suelo inventamos,
no existe nada ni nadie, que logre evitar nuestro encuentro,
más... cuando el deseo y la fantasía son compartidas,
y el arrebato el mismo.
Como hiedras tu cuerpo con el mio,
manifestamos el gozo en cada roce de nuestros sentidos,
ninguna persona podrá sofocar este incendio,
ya que se reviste de antojos, y apetito,
solo en nuestra piel, existe la calma que nace...
...En las fronteras de tu sexo y el mio.
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