martes, 27 de noviembre de 2012

La miel de la vida ( dedicado a Petrona Lucia Sanches )



Eres la vida misma,
con su fuerza  y su entereza.
El ejemplo para aquellas
que se dejan vencer sin luchar.
Y aquellas que no pudieron VENCER.

Hoy abandonas al recuerdo
los días difíciles,
porque has superado
-vestida de rosa-
una prueba DIVINA.

¿Sabes?
Tu rostro dibuja la sutil sonrisa
de una niña buena que vive su día,
y piensas confiada
en ese mañana de amor y de paz.
Tus ojos titilan con sed de esperanza
y a pesar de todo y todo infortunio
en tu corazón anidas “LA MIEL DE LA VIDA”

Llegas a mí,
con el resplandor claro de una alborada.
Y la irradiación, que alumbra  tu alma
son gotas de ámbar en hojas de auras.

Y es fresco el cauce del río
donde cristalino y serpenteante baña,
cada oculto pozo
y cada recodo de nuestra existencia.

¡Bendita tú seas, amiga sincera!
TU EMPEÑO ES EL FRUTO
EN GRACIA DE DIOS.



autor: David Varela. derecho reservado.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Luna Viajera





Luna viajera, que vela el encuentro de los enamorados
Dígale cuando la vea, que sigo esperando su regreso
Que sigo contando las hojas del árbol caída en otoño
Que intento olvidar la, y que no lo consigo.

Luna viajera,  de sonrisa blanca
Pídele al lucero que la siga buscando Él, cuando tú te escondas
El sol  me ha prometido que su rayo dorado
No dejará escondite sin haber alumbrado.

Luna viajera,  musa del poeta
Hazle  un guiño al río cuando te estés peinando
Para que la busquen sus olas al besar la orilla.

Luna viajera,  luz de románticas noches
Dile a las estrellas que cuando se pose sobre las aguas del mar
Espié al velero si no la tiene a ella como timonel.

Luna viajera,  alforja de sueños
Cuando la encuentre déjale un beso
Solo en la mejilla, porque de sus labios siguen siendo míos.


autor: David Varela: derecho reservado.

Estás en mi río ( inspirado por la bella Nancy )




Todo lo que busco de ti, está en el río donde vivo.

Tu caminar, es como el vaivén de las olas;

el secreto de tu alma, duerme en su remanso;

la quietud  de tu noche, se refleja

en el espejo de las aguas,

y la tristeza

en los sauces llorones de la orilla.



Tu  alegría

es como el velero navegando la corriente,

y te siento

en el esfuerzo del remero controlando la canoa.

Luchando contra el viento y la marea

en busca de su muelle.



Afición  de pescadores eres, encallando

el cauce que provoca la crecida brisa del sur.

Bañando las siluetas bellas de los jóvenes.

Y tú en mí,

cimbreando la cintura estrecha en el recodo

donde vivo,

donde sueño,

donde lloro.


autor. David Varela: derecho reservado.